Coñac y brandy son bebidas asociadas a la distinción, la elegancia, la sobremesa y a una velada inolvidable en la mejor compañía.
Son dos opciones relacionadas, pero diferentes en matices. Con una tradición que se expande hacia quienes las disfrutan. Como cualquier familia, tienen un estrecho nexo en común pero no son idénticas. Vemos a continuación sus principales diferencias.
Evolución del coñac: tradición y refinamiento en cada gota
El coñac encuentra sus orígenes en los siglos XVI y XVII, cuando desde Francia se comerciaba con una destilación del vino que sorprendía en el paladar.
La evolución del coñac se ha basado en un perfeccionamiento de este proceso hacia la doble destilación, el uso de alambiques más eficientes y el añadido de envejecimiento en barricas de roble.
Su primera denominación de origen se registra oficialmente en 1936, cuando ya su fama es internacional y todo el mundo sabe que si viene de la región francesa Cognac y de barricas de roble francés es justo la bebida que están buscando.
El mundo del brandy: diversidad de estilos y aromas
Pero la destilación del vino es mucho más compleja y abarca muchas más variedades que el cognac. El brandy acoge así toda la gama de resultados procedentes de la uva, del proceso de destilado y del envejecimiento en recipientes de roble.
Además, el brandy puede elaborarse con diferentes tipo de uva. El cognac no tiene esa versatilidad, pues solo mantiene su pureza si proviene de las variedades de uvas blancas Ugni Blanc, Colombard o Folle Blanche.
Ambas bebidas, de todas formas, ofrecen una amplia diversidad de estilos y de aromas, con elaboraciones tradicionales y selectas que cautivan a cualquier paladar, por exigente que sea.
Maridajes sofisticados: coñac y chocolate, una combinación exquisita
Una de las combinaciones que más se identifica es la del coñac y el chocolate, este último como maridaje perfecto para tan selecta bebida.
La base de esta combinación exquisita se encuentra en que los sabores amargos y grasos de los chocolates oscuros (cuanto más puros, mejor), que ofrecen una fusión perfecta con las notas florales y algo especiadas propias de un buen coñac.
Para aquellas variedades de coñac con años de añejamiento que han robustecido su carácter, el chocolate dulce, de leche o bajo en cacao, contrarrestará a la perfección esa intensidad propia de la bebida.
Cócteles elegantes: creaciones sorprendentes con brandy de calidad
El brandy también se ha convertido en protagonista exquisito de algunos cócteles tan elegantes como sorprendentes. Vemos a continuación algunos de los más famosos:
- Brandy Old Fashioned: combinación de zumo de cereza, un poco de azúcar y angostura con rodaja de naranja exprimida en un vaso ancho y alto. Añade el brandy con hielo y culmina con lima-limón.
- Brandy Sour: cóctel a base de brandy, zumo de limón y Cointreau, ideal para servir en copa alta y con una guinda decorativa.
- Brandytonic: combinación clásica de brandy con tónica servida en combinación suave, sin agitar demasiado y con limón como cítrico acompañante.